David Hale, autor del exitoso libro «Cash Rules», y trader con 25 años en el mercado, escribió recientemente sobre un tema poco habitual, la cruda realidad del trading, una carrera que no es para cualquiera, una historia de éxitos y fracasos, y decisiones de vida que deberíamos tomar cuando no todo sale como esperamos. Nos complace compartir estas valiosas notas contigo.

Del artículo original «The Reality of Trading: A Cautionary Tale»
https://creamtrader.substack.com/p/the-reality-of-trading-a-cautionary
No pasa una semana sin que alguien me escriba, ansioso por iniciarse en el trading. Y la mayoría no solo busca probar suerte, quieren lanzarse de cabeza, convencidos de que están destinados a convertirse en traders profesionales. Pero no suelen contactarme para preguntarme si es buena idea arriesgar su capital, tiempo y cordura en una aventura con probabilidades increíblemente bajas. No, normalmente buscan la operación secreta o la estrategia mágica que los convertirá en millonarios de la noche a la mañana.
Mi respuesta habitual a cualquiera que quiera lanzarse al trading es siempre la misma: No lo hagas.
Una Historia de Experiencia y Realidad
Recientemente, comencé a compartir la historia de un buen amigo con estos entusiastas traders. Hasta el mes pasado, él llevaba 20 años siendo trader profesional. Lo introduje en el mundo del trading unos años después de empezar, convencido de que sus habilidades de juego y su carácter competitivo lo convertirían en un jugador natural.
Cosechó un éxito rotundo, varios años con ganancias millonarias. Dedicó su carrera a dos de las mejores firmas de inversión del sector, rodeado de algunas de las mentes más brillantes del trading. Esas oficinas prosperaban gracias a la comunicación y la colaboración. Se compartían estrategias, la competencia era sana y el ambiente era casi ideal para operar.
Y, sin embargo, tras dos décadas en el mundo del trading, colgó los guantes el mes pasado tras un par de años difíciles y con sus ahorros menguando. En sus palabras: «No tenía ninguna ventaja en mis operaciones, y muy poca en el mercado en general». En otras palabras, se dio cuenta de que estaba apostando, no operando.
Así que les digo a estos aspirantes: si un trader altamente cualificado y bien capitalizado con dos décadas de experiencia en condiciones casi perfectas se retira, ¿qué les hace pensar que ustedes, sin experiencia, con poco capital y un portátil en la mesa de la cocina, lo lograrán?.
Mi propia trayectoria en el trading
Soy sincero sobre mi propia trayectoria. A pesar de llevar casi 25 años en el sector, no vivo en una mansión multimillonaria ni navego por el Mediterráneo en un yate. No. De hecho, hace unos cinco años, estaba en la ruina, durmiendo en el sofá de mi padre. Las cosas han mejorado desde entonces, en parte gracias a una pandemia mundial que sacudió los mercados, pero sigue siendo un suplicio.
Cada mes es una batalla para sacar dinero de este mercado, a la espera de la próxima catástrofe mundial o crisis financiera para conseguir una buena cantidad de dinero. No es glamoroso, es supervivencia. ¿Y lo más difícil? Saber que después de todos estos años, una mala racha, o quizás una mala operación, podría llevárselo todo.
La dura verdad sobre dejar el trabajo
En cuanto a mi amigo, no me entristece ni me decepciona que se haya jubilado, estoy orgulloso de él y feliz por él. Sé lo difícil que fue dejar la única carrera que realmente ha conocido. El trading ofrece libertad, independencia y la posibilidad de ganar una fortuna con solo pulsar unas teclas. Pero ahora se adentra en un mundo desconocido de jefes, plazos, dos semanas de vacaciones pagadas y casi ninguna posibilidad de hacerse rico de la noche a la mañana. Y lo hace sin apenas conocimientos prácticos.
Saber leer un libro de órdenes no es precisamente una habilidad que busquen los empleadores con un horario fijo. Cuando toqué fondo y necesitaba desesperadamente algún tipo de ingreso, lo mejor que pude encontrar fue dar clases de inglés por 10 dólares la hora.
Daños colaterales del trading
Y, sin embargo, estoy seguro de que cuando mi amigo consiga un trabajo estable, lo encontrará un alivio comparado con la montaña rusa que es el trading. Se acabaron las noches en vela repasando malas operaciones. Se acabó la angustia mental y el autodesprecio provocados por una sola tecla equivocada. Se acabó el libro de órdenes dando vueltas en su cabeza. Se acabó pasar horas encorvado frente a una pantalla en una habitación oscura.
Y se acabaron los daños colaterales que puede traer el trading, cuentas de ahorros vacías, divorcios (dos para mí, uno para él), momentos familiares arruinados obsesionados con los movimientos del mercado y la dependencia del alcohol o las drogas solo para aliviar la tensión mental. ¿Y la ironía? Es uno de los pocos traders que realmente ganó dinero. La mayoría son destrozados por este negocio brutal, con pérdidas financieras de las que quizá nunca se recuperen. Y sí, algunos se van en un estado mental aún peor, incluso compartí en mi libro la historia de un amigo que se quitó la vida, en parte por el trading.
En este nuevo capítulo, mi amigo podría finalmente hacer algo significativo, algo que beneficie a la sociedad y realmente ayude a las personas. Podría trabajar con un grupo diverso de colegas, no solo en una sala de jóvenes llenos de adrenalina. Soy optimista por él porque, por primera vez en mucho tiempo, se liberará de las ataduras de la especulación y de la ansiedad constante de preguntarse si la próxima operación será la que lo destruya.
La cruda realidad del juego a largo plazo
Sí, hay otros traders que llevan tanto tiempo en el mercado como nosotros y han gestionado el trabajo de forma mucho más sana. Han sido más inteligentes con sus ganancias y más sabios a la hora de desarrollar habilidades no relacionadas con el trading o de planificar una vía de escape. De hecho, todos los demás traders que conozco que han sobrevivido al largo camino son lo suficientemente ricos como para no tener que preocuparse por una vía de escape, pero esa muestra es extremadamente pequeña.
Parece que mi amigo y yo hemos logrado la peculiar hazaña de ser traders profesionales durante 20 años, solo para acabar viviendo al día.
Una Advertencia y una Esperanza
Seamos claros, no digo que sea imposible convertirse en uno de los pocos traders exitosos. El sueño es real, pero también lo son los riesgos, el sufrimiento y el esfuerzo constante que conlleva. Si aún quieres perseguirlo, de verdad quiero ayudarte. Quiero compartir la verdad pura y dura de este negocio, sus altibajos y todo lo demás.
Quiero que entiendas los riesgos, la realidad y el coste de este camino, porque yo lo he vivido. Mi amigo lo ha vivido. Hemos visto los triunfos y los fracasos. Hemos amasado fortunas y las hemos visto esfumarse. Y, sin embargo, a pesar de todo, mi amor y pasión por el trading siguen vivos. Sigo creyendo que hay un camino a seguir para quienes son disciplinados, realistas y absolutamente honestos consigo mismos.
A quienes operan activamente y encuentran eco en estas duras verdades, entiendan que alejarse nunca es fácil, pero a veces, es lo correcto. Es algo valiente.
Ignora a los supuestos gurús que se aprovechan de tu persistencia y consideran que rendirse es una señal de debilidad. Al contrario, muchas veces es una señal de fortaleza. La verdadera fortaleza no consiste en agotar tus ahorros, tiempo y capital mental mientras haces sufrir a quienes te rodean. La verdadera fortaleza consiste en saber cuándo soltar.
El trading es un campo de batalla, y a veces, lo más valiente que puedes hacer es rendirte, marcharte con la cabeza en alto y el alma intacta.
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