Cómo evitar una pérdida catastrófica en trading

Todo trader, desde el novato al más experimentado, sufre este tipo de situación de vez en cuando. Un día cualquiera, una operación que se va de las manos resulta en un desastre monetario, haciendo que se pierda el resultado de semanas o meses de trabajo. El golpe psicológico es tremendo. Aquí analizaremos cómo evitar la pérdida catastrófica.

bomba atómica en el trading

La tormenta perfecta

En el trading, como en cualquier ámbito, la tormenta perfecta ocurre cuando se combinan múltiples factores adversos. Un cisne negro, el trader en el lado equivocado, manteniendo una convicción errónea, aumentando su posición mientras va en contra en un intento de promediar el precio, la necesidad de revancha, o incluso un simple error de ejecución o «fat finger».

Es en ese momento cuando las emociones toman el control y el trader puede saltar las reglas de su plan.

El ejemplo más duro es estar en corto (short) en una acción que resulta detenida (halted) por volatilidad una o más veces mientras su precio sube drásticamente. En esta situación, el trader queda atrapado sin poder salir, sin saber hasta dónde puede subir la acción. Frente a posibles pérdidas ilimitadas, todo es puro pánico, y cuando se reanuda la cotización, ya no cierra y añade más con la tonta esperanza de que el precio revierta.

El sesgo del coste hundido

Llega un momento en que la pérdida es tan grande que perder un poco más empieza a parecer lógico. Esta es la trampa del sesgo del coste hundido, donde uno se aferra a la esperanza irracional de recuperar, incluso a costa de arriesgarlo todo en una última apuesta.

Al quitar el stop loss para evitar ser sacado por un mechazo, el riesgo aumenta exponencialmente. El trader, a estas alturas, se encuentra rezando para quedar en cero, y a la vez promete que si sale de esa, no volverá a caer en lo mismo.

Esto es, literalmente, la muerte de la cuenta tocando a la puerta.

Estrategias para evitar la catástrofe

Primera barrera

Es fundamental establecer un stop loss, o si fuera el caso, un nivel de cierre manual, en cada operación y respetarlo sin excepciones. Nuestro plan de trading debe establecer las pérdidas que estemos dispuestos a asumir y que no afecten significativamente nuestra cuenta.

Debemos tener un riesgo bien definido, y algo tan básico, a veces resulta difícil de aplicar pues sufrimos del sesgo de aversión a la pérdida.

Segunda barrera

Si por cualquier razón, un día no podemos controlarnos, o tenemos un error grave de ejecución, o nos falla la plataforma, quedamos atrapados en un halt, o simplemente el mundo se nos viene en contra, hay que establecer una pérdida máxima diaria o max loss, que además de tenerla presente en la mente, podemos configurarla en la plataforma y acordar con el bróker.

En algunos casos se puede establecer un número máximo de acciones, el máximo monto de dinero, o incluso la doble verificación en donde interviene una persona de confianza.

Esto nos detiene a la fuerza, pues al llegar al nivel indicado la plataforma cerrará todas las operaciones y se bloqueará. No podremos seguir operando ese día, tendremos tiempo para enfriarnos y nos salvará del momento de locura.

Tercera y última barrera

El tamaño de la cuenta es la defensa final, es el stop apocalíptico, un caso extremo que dolerá si se pierde pero no nos dejará fuera del juego si sabemos lo que hacemos.

Mantener en el bróker solo el capital necesario para el margen de nuestras operaciones habituales, nos dejará trabajar tranquilos, con el resto del dinero en otra cuenta segura.

En el caso de cuentas margin en EE.UU. en las que se tiene el capital necesario para cumplir la regla PDT (Pattern Day Trader), aplicar este planteo sería demasiado arriesgado, pues afectaría a toda la cuenta y no solo al capital de trabajo.

Tiempo para desarrollar la habilidad

El rendimiento de un trader es exponencial a medida que pasa el tiempo, y perder dinero es fundamental para aprender el oficio. Si el trader tiene la pasión necesaria nunca dejará de aprender, y luego, aunque perder seguirá siendo normal, ganará mucho más y recuperará lo que invirtió en esos primeros años en un solo día de trabajo.

A medida que progresamos, el tamaño de las operaciones es mayor y una buena gestión del riesgo es vital, para atravesar las malas rachas y ese día de locura eventual, mientras tanto sobrevivimos con el dinero necesario para aprovechar las buenas oportunidades que da el mercado.

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