En el actual bajo Manhattan se encuentra Wall Street, la bolsa de valores más importante del mundo, y las oficinas de las principales firmas de inversión. Sin embargo, antes de convertirse en lo que conocemos hoy, ese lugar fue adquirido por colonos holandeses a los nativos americanos.
La historia de Wall Street es una referencia directa al mercado financiero. A las 9:30 suena la campana de apertura y cierra a las 16. Su impacto se extiende más allá de las transacciones, llegando al imaginario colectivo mediante libros y películas. Veamos cómo nació esta leyenda.
El origen de Wall Street
Si viajamos al año 1626, observaremos que el nombre no tiene relación con inversiones o especulación. En sus primeros días, fue un pequeño sendero con un muro de troncos utilizado como fortificación defensiva.
El propietario era un aventurero holandés llamado Peter Minuit. Resulta curioso que la compra del terreno se acordara con los nativos, sin que nadie imaginara lo que llegaría a ser Manhattan en el futuro. El acuerdo consistió en intercambiar la tierra por herramientas valoradas en 60 florines, equivalentes a un puñado de dólares actuales.
El asentamiento fue bautizado por los colonos como «New Amsterdam», que quedó inmortalizado en el Plano de Castello de 1660.
Para protegerse de posibles ataques de los nativos, erigieron una empalizada de 12 pies de altura, en la parte norte, mientras que en el sur contaban con el río Hudson como defensa natural. Esa barrera que delimitaba la propiedad se llamó inicialmente «Waal Straat».
La realidad de New Amsterdam era muy difícil, tenía pocos habitantes, era incómodo vivir allí, el terreno era fangoso, y reinaba cierta anarquía.
Más adelante la vieja empalizada Waal Straat fue derribada por los británicos y la calle renombrada como «Wall Street».
El acuerdo firmado bajo un árbol
Avanzando más en el tiempo, ya en el siglo XVIII, pero antes de que aparecieran las primeras Bucket Shops, algunos traders de Manhattan se reunían para comprar y vender activos financieros a la sombra de un viejo árbol, en la misma Wall Street.
En 1792, veinticuatro traders firmaron el Acuerdo de Buttonwood en honor a su querido árbol, marcando así el inicio de la bolsa de valores de Nueva York. Los primeros activos negociados fueron bonos de la Guerra Revolucionaria y acciones del First Bank of the United States y el Bank of New York.
Evolución de Wall Street
En los siguientes siglos, Manhattan se expandió mediante rellenos que le ganaron terreno al río, se construyeron grandes edificios y el distrito financiero se transformó en lo que conocemos hoy, incluyendo al NYSE (New York Stock Exchange) y NASDAQ (National Association of Securities Dealers Automated Quotation).
Algunas curiosidades
La calle principal le dio nombre a uno de los periódicos de mayor influencia en el ámbito financiero, el Wall Street Journal.
El famoso toro de bronce (charging bull) de más de 3 toneladas, representa la fuerza alcista de la bolsa, y en teoría tocarle sus partes trae muy buena suerte.
Casi enfrentando al toro está la niña sin miedo (fearless girl) una pequeña estatua de bronce en actitud desafiante, para algunos hace alusión a la fortaleza del pueblo norteamericano, para otros al empoderamiento de la mujer.
Finalmente en Liberty Street, dentro del distrito financiero de Manhattan, se encuentra el Federal Reserve Bank of New York, cuya bóveda a 25 metros de profundidad bajo tierra es considerada la caja fuerte más grande del mundo.